martes, 15 de abril de 2014

Próximo café filosófico con Safranski

                           



                              ¿CUÁNTA VERDAD NECESITA EL HOMBRE?, de Rüdiger Safranski



Os dejamos aquí algunos enlaces de interés:

"Aspirar directamente a la felicidad es de bobos"

¿Cuánta verdad necesita el hombre?

Contra las grandes verdades


ACORDAOS QUE EL ENCUENTRO SERÁ EL ÚLTIMO MIÉRCOLES DE MAYO EN EL CAFÉ PARLAMENTO (PARTE DE ARRIBA) A LAS SEIS DE LA TARDE, Y QUE HAY YA SIETE EJEMPLARES PEDIDOS EN CASTROVIEJO

lunes, 7 de abril de 2014

Filosofía como resistencia

Con el pretexto de la figura de Sócrates, nuestro querido compañero y doctor Don José Luis Coêlho nos brindó el pasado jueves en la sala Ateneo de Logroño una charla que no dejó indiferente a nadie, o a casi nadie (si las tortugas hubieran podido asistir, seguro habrían asomado la cabeza) Su conferencia, clara, contundente, no exenta de crítica y elocuencia, sin duda removió las emociones de los allí presentes, pues no fueron pocos los temas controvertidos que tocó (de hecho, en la introducción él ya había advertido que "quizá no todo lo que diga sea precisamente lo que la gente quiere oír y desea escuchar.")



José Luis, afanoso por ilustrar la labor socrática de desenmascarar mentiras y resistir al poder, dedicó el grueso de su conferencia a desmontar una serie de prejuicios que, a su entender, inculcados por el poder político en la mente del español medio, no hacen más que enmascarar la verdad y mermar por tanto su libertad de crítica y oposición. Eran muchos los sofismas que tenía sobre la mesa para desenmascarar, pero el tiempo no le dio más que para analizar los siguientes:  i) Los hombres y las mujeres son iguales; ii) La cultura pasa por el aprendizaje de idiomas; iii) Las mujeres son las víctimas de la violencia de género; iv) La Unión Europea constituye una unión efectiva de pueblos, naciones y culturas. En relación con el primer sofisma, José Luis defendió la desigualdad de hecho, pero no de derecho; frente al segundo abogó por una vuelta al esfuerzo comprensivo como condición posibilitante de la cultura; en relación con el tercero, recordó que desgraciadamente es sólo una verdad a medias, y que la ley a veces olvida a los hombres maltratados; finalmente, quiso mostrar que la Unión Europea es más bien una desunión resultado de desavenencias políticas y económicas.

David Porcel

jueves, 3 de abril de 2014

Segundo Café filosófico con Byung-Chul Han

El pasado miércoles 26 de marzo tuvo lugar el segundo encuentro de nuestro recién fundado Café filosófico. La sesión giró en torno a las tesis que el joven filósofo coreano Byung-Chul Han esboza en su reciente libro La sociedad del cansancio (2012) Las intervenciones de los que allí estábamos se centraron en destacar aspectos valorables de la obra de Byung-Chul Han por su cualidad de arrojar luz sobre una sociedad que, sumida en el agotamiento y el dopaje, necesita urgentemente de un diagnóstico. Sin embargo, tampoco faltaron voces críticas respecto a su propuesta final del cansancio como condición posibilitante del encuentro con el otro.




La mayoría convino con el autor en que el exceso de información y de (auto)rendimiento -visible además en el mundo del adolescente- lleva a un estado de estrés y aturdimiento que estrecha el lugar para la lucidez y la creatividad. Como se dijo, este aparente progresismo tecnológico, que parece pretender convencernos de que en todo y para todo hay que hacer uso de los dispositivos tecnológicos -para comer, vestirse, enseñar, relacionarse....-, en ocasiones no constituye más que la ocasión perfecta para huir de nosotros mismos y de los demás. Es el horror al vacío, el temor a reconocer nuestra condición de seres arrojados, necesitados, lo que nos impulsa a aferrarnos a las promesas de felicidad y seguridad que irradian de la sociedad del bienestar. Vivimos -como dice Ortega- alterados. Más bien, es nuestra manera de estar en el mundo lo que propicia la alteración y vuelve prescindible el recogimiento. Cierta actitud sosegante -como se dijo- debe ser el presupuesto para la reflexión y la contemplación: "Solo la profunda atención impide la versatilidad de los ojos y origina el recogimiento que es capaz de cruzar las manos errantes de la naturaleza. Sin este recogimiento contemplativo, la mirada vaga inquieta y no lleva nada a expresión." (pp. 38)


Una pregunta clave que se planteó es si la educación puede reconducir a nuestros adolescentes y librarles de este aturdimiento que propicia esta sobredosis de información que recibimos diariamente. La pregunta no es baladí, pues debemos ser conscientes que nosotros -profesores y educadores-, querámoslo o no, estamos también inmersos en la sociedad del cansancio y, por ello, seguramente contagiados del virus de la (sobre)información y de la (hiper)atención. Algunos de los presentes todavía confiamos en la libertad como presupuesto para (re)crear nuevas circunstancias posibilitadoras de experiencias y encuentros con lo otro; otros, en cambio, veían con desesperanza un futuro que vislumbra el triunfo del homo videns sobre la vida teorética. En cualquier caso, la mayoría convino en afirmar la importancia de la narración y de la historia como maneras de hacer transparente una interioridad casi siempre soterrada deliberadamente o encubierta por aquellos estados de somnolencia y aturdimiento a los que tan acostumbrados estamos.

Recientemente se han traducido otros títulos del autor:

La sociedad de la transparencia

La agonía de Eros 


David Porcel